Comunidad San Pablo Apóstol

martes, 29 de septiembre de 2009

¿Cómo puedo vencer mis preocupaciones?

¿Cómo puedo vencer mis preocupaciones?


Salmo 77, 1-11
Si análizamos el Salmo, nos damos cuenta que esta compuesto de dos partes: Hablemos de la primera: Versículo 1-11, el Salmista se lamenta porque piensa que Dios le ha abandonado. Levanta su voz, grita a Dios. Es tanta la angustia que le invade, que cree que Dios no le escucha. Usted que tiene la oportunidad de compartir conmigo este mensaje, talvez le haya pasado, o esta pasando lo del Salmista. Se llena de angustia, desesperación, de temor,  por algún problema, necesidad que esta pasando, o por algún pecado no confesado. Busca al Señor en su oración, pero sin soltar el peso del dolor, su queja, enfermedad, su pecado. Lo mismo que el Salmista, por ello dice que aunque iba a Dios no lo encontraba, no tenía descanso, ni consuelo. Mientras más meditaba, más se desanimaba, no dormía, pensaba en lo sucedido en años pasados, en los días lejanos, por la noche reflexionaba, meditaba y se preguntaba: ¿Es qué el Señor nos rechaza para siempre, y deja de otorgarnos su favor?, ¿se ha agotado completamente su amor?, ¿se ha acabado para siempre su promesa?, ¿se habrá olvidado Dios de ser compasivo?. !El Altísimo ha dejado de favorecernos!


Que pensamientos los que nos llegan; estamos consternados, desmoralizados por alguna situación o circunstancia. Que negativos y cuan llenos de dudas. Hasta pensamos que se agotado el amor de Dios. El temor en el fondo es desconfianza en el poder y bondad de Dios, que nos dice en su Palabra 365 veces "No temas".
Precisamente a usted le habla, diciéndole !NO TEMAS!, yo estoy contigo.


- Si le pidiera un puntaje del 0 al 10 en la preocupación que usted carga hoy, ¿qué puntaje le daría?


Debemos dominar nuestras procupaciones, le invito a que practiquemos esto.
1- Convencerse de que la preocupación es algo muy dañino. En vez de preocuparse, ocúpese.
2- Recuerde que produce enfermedad, el 70% de las enfermedades del corazón, úlceras, nervios.
3- Su concentración va a disminuir, porque su espíritu va de aquí, para allá, y por ello no logra concentrarse.
4- Tiene ideas fijas de susto o de tristeza. Esto debilita su personalidad.
5- Vive con muy mal carácter que domina al preocupado. 


6- Destruye la buena presencia. Envejece rapidamente. Si se quiere cersiorar de esto, después de haber pasado días o noches preocupado, mírese en el espejo y lo notará.  
7- Acorta su vida, morimos antes.
Gritamos a Dios, decimos no me escucha, le busco y no lo encuentro, más me acuerdo de Dios, y más gimo, pues no encuentro consuelo, estoy angustiado. Si usted percibe esto, le invito a soltar su carga, colocarlas en las manos de Jesús que se extienden hacia usted en este momento, sueltelas, y desde este momento le aseguro que su vida verdaderamente estará en las manos de Dios. Crea, confíe, espere en Él. ya deje de lamentarse, si continúa en ello su cuerpo se va debilitando mentalmente, fisicamente, espiritualmente. Haga ahora un cambio en su vida, en su pensar y moverse, igual que el Salmista en el versículo 12-21. Le estoy hablando de la segunda parte del Salmo.
Ya no hay queja, desaparece la desconfianza. Ahora el Salmista hace un análisis de sus días de peligro y solamente ve  "Luz, salvación y baluarte", en medio de la crisis recuerda las acciones pasadas que Dios ha realizado en su vida, son hazañas impresionantes, esto le llena de esperanza. Nuestra fe se consolida cuando revivimos los momentos difíciles que hemos pasado nosotros o nuestras generaciones pasadas. Dios nos salvó en aquella oportunidad, le aseguro lo puede volver a hacer.
Aunque el comportamiento de nuestro Señor es misterioso e inabarcable, siempre redunda en beneficio de su pueblo.


Le insto afanarse solo por un día.


Mateo 6, 25-34
Fórmula maravillosa que dio Jesucristo. No nos inquietemos pensando que vamos a comer, beber, como vamos a subsistir, con que nos vestiremos, con que pagaremos, cuando vendrá, podré cancelar, que ira a pasar, encontraré trabajo... "Bástale a cada día su propio afán".
Le sugiero leer despacio esta cita biblíca que le regalo. Nuestro Padre celestial ya sabe lo que usted y yo necesitamos. No lleve la carga del mañana, y encima echarle la carga de ayer, esto hace doblarse al hombre o mujer más fuerte. Es cargar con dos cadáveres el de ayer que ya murió y el de mañana que quizá no va a existir.
Sería bueno interiorizar y darse cuenta si son problemas suyos o de otros, pues a veces nos venimos preocupando por cosas que ni siquiera nos concierne.
¿Por qué se preocupa, por qué sufre, por qué se acongoja, si Dios es su Salvador?

Vayamos a la segunda parte del Salmo, atrévase a pensar en las grandezas que Dios ha hecho en su vida, cuántas hazañas ha realizado en usted o en los suyos.
Inicie una nueva oración, adore al Señor, cuéntele de su preocupación y espere, no se inquiete por el día de mañana, si buscamos primero el reino de Dios y hacemos su voluntad, todo lo demás vendrá por añadidura, nos lo dice el libro de Mateo 6, 33.
Dios hoy Comienza a obrar grandemente en usted, Continuará y Concluirá.
Tiene que creerlo y proclamarlo día a día. ¿Qué acaso usted no tiene fe?
Así sea del tamaño de un granito de mostaza, moverá montañas. Mueva esa preocupación de su mente y entreguésela por completo a Dios.






1 comentario:

  1. Lección de Fuego
    Un hombre, que regularmente asistía a las reuniones de un determinado grupo, sin ningún aviso dejó de participar en sus actividades.
    Después de algunas semanas, el líder de aquel grupo decidió visitarlo. Era una noche muy fría.
    El líder encontró al hombre en casa, solo, sentado delante de la chimenea, donde ardía un fuego brillante y acogedor.
    Adivinando la razón de la visita, el hombre dio la bienvenida al líder, lo condujo a una silla grande cerca de la chimenea y se quedó quieto, esperando.
    Se hizo un grave silencio. Los dos hombres sólo contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que ardían.
    Al cabo de algunos minutos, el líder examinó las brasas que se formaron y cuidadosamente seleccionó una de ellas, la más incandescente de todas, empujándola hacia un lado.
    Volvió entonces a sentarse, permaneciendo silencioso e inmóvil. El anfitrión prestaba atención a todo, fascinado y quieto.
    Al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta que sólo hubo un brillo momentáneo y su fuego se apagó de una vez.
    En poco tiempo, lo que antes era una fiesta de calor y luz, ahora no pasaba de ser un negro, frío y muerto pedazo de carbón recubierto de una espesa capa de ceniza grisácea.
    Ninguna palabra había sido dicha desde el protocolar saludo inicial entre los dos amigos.
    El líder, antes de prepararse para salir, manipuló nuevamente el carbón frío e inútil, colocándolo de nuevo en el medio del fuego.
    Casi inmediatamente se volvió a encender, alimentado por la luz y el calor de los carbones ardientes en torno de él.
    Cuando el líder alcanzó la puerta para partir, su anfitrión le dijo:
    - Gracias por su visita y por el bellísimo sermón. Regresaré al grupo.
    Reflexión
    A los miembros de un grupo vale recordarles que ellos forman parte de la llama y que lejos del grupo pierden todo su brillo.
    A los líderes vale recordarles que ellos son responsables por mantener encendida la llama de cada uno de los miembros y por promover la unión entre todos ellos, para que el fuego sea realmente fuerte, eficaz y duradero.

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