Comunidad San Pablo Apóstol

miércoles, 5 de febrero de 2014


Tema: "Si tu sufrimiento se lo entregas a Dios te haces socio de Jesucristo"
Evangelizadora: Rosario Parrales Murillo
Directora: Comunidad Sn. Pablo Apóstol
                  Comedores Beato Ludovico Pavoni
                   VIII Años al servicio de Dios y de la Comunidad.
San Pablo de Heredia. Pbro. Walter Arce Ulate guía y tutor.

Este tema lo estaré compartiendo en la radio: Radio María 100.7 FM. El día sábado 08 de febrero a la 1.00 p.m.


Le invito a tomar las Sagradas Escrituras y que leamos lo siguiente: Filipenses 3,8-14

¿Qué privilegios tenía anteriormente usted y qué privilegios tiene hoy?
¿A qué precio los ha obtenido?
¿Qué cosas tiene usted?
Si usted y yo estuvimos atentos a lo que leímos nos damos cuenta que Sn. Pablo ha llegado a la conclusión de que todos sus antiguos privilegios tanto como judío, como fariseo y doctor, no eran más que perdidas en comparación de lo que mucho ha ganado al conocer a Cristo, está contento por que lo que ha ganado ya que es infinitamente mayor.

Todo aquello que él consideraba ganancia ahora lo considera pérdida por amor a Cristo.
Hoy podemos detenernos un poco y pensar, y poco a poco vayamos dando la respuesta:
1. ¿Qué privilegios tengo que me alejan de permanecer en amistad con Jesús?.
2.  ¿Qué le apetece a mi carne y a mi sangre que me aleja de permanecer en amistad con Jesús?.
3.  ¿Qué estaría dispuesto/a, a dejar para acercarme más a la amistad con Jesús?

Pablo piensa ahora que los antiguos privilegios que él estimaba, son solamente basura en comparación con lo que hoy tiene. Tiene la dicha de ser amigo de Cristo y lograr permanecer en su amistad. Nos recuerda a través de esta lectura que no se trata de poseer realidades externas, sino de conocer a Jesucristo. Pablo por Cristo había sacrificado todas las cosas, aquellas cosas que ahora las tiene como estiércol.

¿Pero qué entiendo por buena amistad con Jesús?

Si buscamos en griego el significado de "justicia", se dice "dicalosíne", que significa estar en buena amistad con Dios, tener buenas relaciones con Dios. Para entenderlo mejor, esto significa no despreciar a Dios, no olvidarlo, no tratarlo mal. Vivir en comunión con Dios. En otras palabras "tener una justa relación con Dios". Esto lo podemos traducir a santidad.

Pablo vivía en buena relación con Dios, y esto se debe a la fe que tiene en Cristo. En su amor, en sus méritos, en su intercesión por él. Las buenas relaciones no las consigue por el esfuerzo de él, todo esto se debe a un regalo de Dios por la fe que él tiene en Jesús.

v.10 nos habla de "conocer a Cristo". Esto debe de ser entendido en el más genuino sentido de la tradición bíblica, es decir en el entrar en comunión profunda de vida y de destino con una persona.  Pablo mismo es un magnifico ejemplo de este esfuerzo por conocer a Jesucristo.  Pablo logró ir conociendo a Cristo más y más. Conocer significa ir apreciando cada vez más a la persona. Conocer sus esfuerzos, sus enseñanzas. Conocer lo que hizo y hará por mi.
¿Cuánto conoce usted a su mamá, esposa, novia, líder, sacerdote...? Si a esa persona le conocemos le apreciamos cada vez más, porque conocemos sus esfuerzos, enseñanzas lo que hizo y hará.

Pablo conocía a Cristo y por ello lo apreciaba cada vez más. Conocía los esfuerzos, enseñanzas, lo que hizo y seguiría haciendo por él. Pablo conocía verdaderamente a Cristo Jesús.
La Palabra nos interpela:
1. ¿Cuánto apreció yo a Jesucristo?.
2. ¿Cuánto conozco yo a Jesucristo?.

A Cristo es imposible conocerle y no amarle; amarle y no seguirle; seguirle y no imitarle.

v.11 nos habla de la resurrección, significa un poder dinámico que hay en mí, que obra en mí, este poder está en aquellos que le seguimos. Al resucitar Jesús es una garantía de que nosotros resucitaremos. La resurrección es la demostración de que la muerte no es mi fin, hay otra vida y que ahí en la gloria podré reinar con Él. Por ello voy a encontrar una enorme fuerza para obrar bien.

Pablo se esfuerza para llegar a la meta, él no está diciendo que ya la haya conquistado o conseguido a la perfección. Se esfuerza vive en esa lucha constante. Él dice me esfuerzo para ver si la conquisto, por cuanto yo mismo he sido conquistado por Cristo Jesús. Aclara que él no se hace ilusiones de haber conquistado la meta. Lucha para hacerlo. Y expresa que esto es lo que debemos de pensar aquellos que nos creemos maduros en la fe. "Tenemos todos los días que luchar para conseguir la meta". Esto nos lleva a que por la noche revisemos lo que hicimos durante el día. Un examen de conciencia. Y, si todos luchamos por conquistar esa meta. No podemos creernos mejor que los demás, más santos que los demás, todos vamos marchando en busca de conquistar la meta.

Si vemos a los demás sabemos que padecen. Todos llevamos algo cargando dentro de nosotros y algunos lo llevan en silencio. Padecer.
Cuando el creyente padece le ofrece a Cristo su padecer con paciencia. Cuando lo hacemos así estamos participando con los padecimientos de Cristo Jesús.  (I Cor 1,5). Cuando por amor a Dios llevamos la cruz de los sufrimientos de cada día estamos en comunión con los padecimientos de Cristo. Le ayudamos usted y yo a llevar la cruz con la cual salva a los pecadores. Sufrir con paciencia con fe y amor no es una triste pena sino un privilegio. Cada vez que sufrimos por amor a Dios nos hacemos socios de Jesús en la más grande empresa: La de salvar las almas y darle la gloria a Dios.

Si nos ponemos a meditar morimos su misma muerte, pero no en la cruz, no con los clavos, pero si dejando nuestro egoísmo, nuestro orgullo, nuestras pasiones, esto significa sacrificándonos en muchas cosas por obtener de Dios la salvación de los pecadores.

Decimos que sufrimos acá en la tierra, pero esto nos hace ver que reinaremos con Él, usted y yo nacimos para vivir siempre y no nos quedaremos en el reino de la muerte.

Pablo nos recuerda que Dios ya le alcanzó. Si usted y yo lo sabemos. Lo alcanzó en Damasco cuando lo boto del caballo. Ahora Pablo se esfuerza por recorrer su mismo camino, pero él sabe que la meta está aún muy lejana.

Hoy tenemos que decirnos no me detendré a quedarme pensando en el pasado. Él atleta no vuelve a ver hacia atrás. Su mirada, sus fuerzas van hacia la meta.

Hoy comprométase con usted mismo/a, a lanzarse hacia adelante sin ver más atrás, sin ver el pasado ni para enorgullecerse y menos para desanimarse.








 


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