Comunidad San Pablo Apóstol

jueves, 7 de abril de 2011

ORACIÓN DEL CUERPO EN LAS LITURGIAS

Oración del cuerpo en nuestras liturgias, postura corporal de los fieles en la Santa Misa


Normalmente expresamos con nuestro cuerpo los movimientos de nuestra alma. Con el cuerpo también rezamos, adoramos, hacemos penitencia… En la liturgia se prevé esta participación corporal con gestos y posturas: en pié, de rodillas, sentados e incluso postrados al suelo.

Ha habido una cierta mala orientación en confundir los roles de cada uno y así, por ejemplo, los fieles no deben absolutamente pronunciar las palabras de la Consagración. Arrodillándose en la Consagración usted hace lo correcto y dispuesto por las leyes litúrgicas, aunque hoy, en algunos lugares, hacer lo correcto puede parecer una rareza.

La postura corporal que han de observar todos los que toman parte en la celebración, es un signo de la unidad de los miembros de la comunidad cristiana congregados para celebrar la sagrada Liturgia.

Nuestra participación debe ser activa en la Santa Misa, estar recogidos y atentos, evitando hablar con el acompañante o mirar hacia atrás, etc., hay que esforzarse por vivirla bien. Además se debe adoptar una actitud interior y exterior adecuada en cada momento, para esto debemos conocer muy bien el sentido de las distintas partes de la misa.

Nuestra relación personal con Dios tiene también manifestaciones externas de adoración, no sólo privadas sino prevalentemente públicas y sensibles. Recuerda la alabanza de Jesús a aquella mujer que le demostró exteriormente su amor: (…) se acercó a él una mujer que llevaba un frasco de alabastro lleno de un perfume de gran valor y lo derramó sobre su cabeza (…). Al ver esto los discípulos se disgustaron y dijeron: ¿A qué viene tanto despilfarro?.... Pero Jesús, conociéndolo, les dijo: ¿Por qué molestáis a esa mujer? Ha hecho una buena obra conmigo (Mt 26, 6-10. Además los hombres necesitamos que hasta lo más grande y noble nos entre por los sentidos.

El Señor nos lo recuerda como lo hizo en el Evangelio de Mateo: Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mí. (Mt 15, 7-8)

Nuestros templos son el lugar principal para los actos de culto y para la oración personal, y debemos frecuentarlos, demostrando veneración y respeto.

¿Recuerdas ese pasaje del Evangelio que nos presenta a Jesucristo indignado con los vendedores que profanaban la casa de su Padre? (Cfr Mt 21, 12-13). En este pasaje, Jesús nos enseña que debemos respetar el templo, ya que allí están nuestros más grandes amores.

Guardar especialmente el silencio, no correr por su interior, cuidar las posturas (sin poner los pies en los reclinatorios, sin cruzar las piernas, mirando hacia delante, etc.), y cuidar nuestra presencia exterior vistiendo bien; no entrar vestidos de deporte, con pantalón corto, y las mujeres procurar vestir con decoro.

Si procuramos con nuestros semejantes ser delicados y actuar con corrección, ¡cuánto más ante Dios!

La virtud moral de la religión nos dispone a rendir a Dios ese culto que le debemos como supremo principio de todas las cosas. Y dada la naturaleza del hombre, que se compone de cuerpo y alma, la expresión de nuestro amor a Dios tiene que ser interior y exterior.



Literatura consultada



Concilio Vaticano II. Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum

Concilium. Participación activa de los fieles, numeral 30.



“No. 30. Para promover la participación activa se fomentarán las aclamaciones del pueblo, las respuestas, la salmodia, las antífonas, los cantos y también las acciones o gestos y posturas corporales. Guárdese, además, a su debido tiempo, un silencio sagrado.”



Ordenación General del Misal Romano. Posturas que deben observar los fieles en la celebración de la Santa Misa, numeral 21.



1. Desde el principio hasta el comienzo de la Liturgia de la palabra: DE PIE.

2. Durante las lecturas que preceden al Evangelio y el santo responsorial: SENTADOS.

3. Durante el canto del Aleluia que procede al Evangelio y durante la proclamación del mismo: DE PIE.

4. Durante la homilía: SENTADOS.

5. Durante la profesión de fe (Credo) y la oración de los fieles: DE PIE.

6. Mientras se hace la preparación de los dones en el ofertorio, hasta el “Orad, hermanos” inclusive: SENTADOS.

7. Desde que comienza la “oración sobre las ofrendas” hasta el momento de la consagración: DE PIE.

8. Durante la consagración, DE RODILLAS, “a no ser que lo impida la estrechez del lugar, las aglomeración de la concurrencia o cualquier otra causa razonable”.

9. Terminada la consagración y la elevación del cáliz, con la genuflexión del sacerdote, hasta el final de la misa: DE PIE.

10. Pero, “según la oportunidad, a lo largo del sagrado silencio que se observa después de la comunión”, SENTADOS.



Instrucción General del Misal Romano. Instituto generalis Missalis Romani, Nrs. 42-43, 137, 185, 274-275 (Editio tertia, 2002). Gestos y posturas corporales (MR 42-44)

DOCUMENTO SUMISTRADO POR:    








OLMAN AGUILAR CHACÓN
SERVIDOR DE COMUNIDAD
SAN PABLO APOSTOL

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