La familia vive en un mundo de luces y sombras, dice Juan Pablo II, y también dice que "Solamente el amor enraizado en la fe puede conducir a adquirir la capacidad de interpretar los “signos de los tiempos” Es nuestro deber como padres velar y estar atentos a las sombras que acechan a nuestras familias, especialmente las de la cultura de la muerte. Pero para hacer una correcta interpretación de los signos debemos tener un muy buen cimiento de amor basado en la Fe. En una cultura de muerte ya es muy común que un padre le de a su hijo un preservativo para que se “cuide” ¿será eso amor?, o que llevemos un periódico de circulación nacional con mujeres semidesnudas en la portada a nuestra casa ¿Será eso amor?, o que seamos indiferentes a las tendencias de legalización de las uniones homosexuales como signo de “tolerancia”, ¿será eso amor?. Si no tenemos un adecuado concepto del amor desde la fe, será muy difícil que podamos hacer una adecuada interpretación de los signos, especialmente de aquellos signos de muerte que se hacen pasar por ovejas a través de falsas pancartas de igualdad, respeto a la diversidad, derecho de las mujeres, siendo verdaderos y feroces lobos que vienen con intención de devorar a nuestras familias, las familias que obedecen al proyecto perfecto de Dios. Pidamos de nuestra madre María junto a San José, que siguen siendo modelo de la familia en la cual Cristo quiere habitar, su intercesión generosa para que el Espíritu Santo derrame el don del amor y la Fe sobre nuestras familias y así, a través de la célula de amor que es la familia, se fomente la civilización que nuestro querido papa Juan Pablo II llamo: “La civilización del amor”
La familia vive en un mundo de luces y sombras, dice Juan Pablo II, y también dice que "Solamente el amor enraizado en la fe puede conducir a adquirir la capacidad de interpretar los “signos de los tiempos”
ResponderEliminarEs nuestro deber como padres velar y estar atentos a las sombras que acechan a nuestras familias, especialmente las de la cultura de la muerte. Pero para hacer una correcta interpretación de los signos debemos tener un muy buen cimiento de amor basado en la Fe.
En una cultura de muerte ya es muy común que un padre le de a su hijo un preservativo para que se “cuide” ¿será eso amor?, o que llevemos un periódico de circulación nacional con mujeres semidesnudas en la portada a nuestra casa ¿Será eso amor?, o que seamos indiferentes a las tendencias de legalización de las uniones homosexuales como signo de “tolerancia”, ¿será eso amor?. Si no tenemos un adecuado concepto del amor desde la fe, será muy difícil que podamos hacer una adecuada interpretación de los signos, especialmente de aquellos signos de muerte que se hacen pasar por ovejas a través de falsas pancartas de igualdad, respeto a la diversidad, derecho de las mujeres, siendo verdaderos y feroces lobos que vienen con intención de devorar a nuestras familias, las familias que obedecen al proyecto perfecto de Dios.
Pidamos de nuestra madre María junto a San José, que siguen siendo modelo de la familia en la cual Cristo quiere habitar, su intercesión generosa para que el Espíritu Santo derrame el don del amor y la Fe sobre nuestras familias y así, a través de la célula de amor que es la familia, se fomente la civilización que nuestro querido papa Juan Pablo II llamo: “La civilización del amor”