La
misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse.
A finales del segundo milenio después de su venida, una mirada global a la
humanidad demuestra que esta misión se halla todavía en los comienzos y que
debemos comprometernos con todas nuestras energías en su servicio. Es el
Espíritu Santo quien impulsa a anunciar las grandes obras de Dios: « Predicar
el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me
incumbe: Y ¡ay de mi si no predicara el Evangelio! »(1 Cor 9, 16).
Redemptoris Missio, Carta encíclica sobre la Misión del Redentor. SS Juan Pablo II.
Es la primera vez que a
Jesús le llaman Maestro y aprovecha la oportunidad para explicar su método de
enseñanza: “VENGAN Y VEAN”.
Jesús nos enseña que no
se trata de teorizar, sino de actuar, como dice el viejo refrán “Las palabras
convencen los ejemplos arrastran”.
Hay maestros que tienen
mucho que explicar, Jesús tiene mucho que mostrar.
No se trata de convencer
con las teorías, sino de atraer con las realizaciones. Hechos y no palabras. "Ver, juzgas y actuar".
"En una reunión en
Guatemala la Madre Teresa de Calcuta explicaba la vida y la obra de las
hermanas. Alguien le preguntó: ¿Cómo hacen ustedes para obtener los recursos
económicos y poder ayudar a los pobres?, ¿Cómo hacen para dar si ustedes no
tienen?.
Ella respondió: “Venga
trabaje con nosotras y sabrá cómo lo hacemos?".
-Esa mujer era una
verdadera discípula de Jesús.
La verdad es que tanto
los cristianos como los que no lo son, debemos de imitar a Jesús en esta
cualidad especifica: menos explicación y más acción, la tierra necesita más de
la lluvia que de los truenos. "Ver, juzgar y actuar", siempre inspirados por el Espíritu Santo y guiados por nuestros amados sacerdotes.
“Por sus frutos los conoceréis…todo árbol bueno da frutos buenos…” (Mt
7,16-17)
“VEN Y LO VERÁS”
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